de esquinas bruscas y viscerales,
fachadas coloniales, adoquines biselados
huellas de burros y herraduras sin suerte
Nostalgicas carretas,
transitan camino al cielo, rebosantes de pan batido
pan amasado por manos españolas, italianas,
quiza rusas o rumanas.
Mujeres nacaradas
en galerias transparentes
acodadas en balcones,
con zocalos de madera
suspiran por amores de marineros infieles.
Vecinos coloquiales, de conventillos inciertos
en dias de intensa neblina,
rumorea el viento salado,
que hay oscuros barcos polizontes
ocultos en mi retina.
Valparaiso, en escaleras frescas
de piedras recien cortadas
desde la plazuela hasta la iglesia,
por lluvias de madrugada.
Gaviotas imprevisibles
vuelan desde Playa Ancha,
miradores victorianos
nos miran de soslayo.
Reloj Turri, Big Ben de la bahía
nos cuenta historias de ascensores
con sus ventanas heridas,
por vientos de vendaval
asaltante de cerros porteños
avistas de madrugada
el faro de nuestros sueños.
Cerro Alegre, cerro altivo,
al crepúsculo ves pasear
los ruidos de las sirenas,
llamando a navegar.