Los dedos rosados
al alba
se estiraron
silenciosos
buscaban en el valle
un árbol desnudo
que no pidiera nada
Uno de ellos
transparento
sus desnudas
ramas
Ha llegado nueva vida
a las mejillas
de este árbol sin ataduras
El cerezo en flor
perfuma de apariencias rosadas
el alma de los peregrinos
Carnosa vida
la cereza que besa
nuestros labios,
Que buenas intenciones florezcan en primavera!
* Octavio Ocampo