Carmen Troncoso Baeza

Calenté mi vientre Con el vino noble Y espere inútil Volver a justificarme Hasta el espejo me devuelve Una oscura imagen Este dolor es tan solo que llora porque toda la tierra me es inhóspita la respuesta me espera en la puerta hay voluntad pues escribo hay destino porque puedo pero decir la verdad es audaz e intensamente solitario

Quieta la adormidera, tocaste mi flor se abrio mi fibra y el rojo estallo. Asi te sueño tentandome, tormentosa esta pasion es pesadilla tener que despertar a este placer que es un duelo que solo termina callando, como tu lo exiges. Sobre el silencio pienso si rompo el rito tendre que volver a huir y volver por mas. Como un vicio carnal las amapolas prenden asi morfina a la vena, inocentes en la pradera curando el dolor no me conformo con tan poco y hago algo mas

He escuchado de aquel rio embravecido y espumoso que se escapan las aves sin beber de su rocio huyen con las nubes de la aurora simulando que se han perdido inventan tuneles sobre trombas de viento y cuando nadie las mira descienden arrepentidas cayendo como la tarde. Hay dos voces en mi el fragor de mi rio y el silencio publico de mis aves