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Mostrando entradas de marzo, 2013

La Huella de mi Tiempo

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¿ Como restarme a estas trasmisiones involuntarias o decididas, que se imponen a nuestro temprano pasado? Recorriendo los caminos encorvado y pesado se amolda mi esqueleto a la confusión. Asimismo como el viento he de herrar mi presente sobre imágenes sueltas. La guerra no se ha extinguido bajo  mis ojos, solapada sobre mi nuca, sopla su fétido aliento. Nos recorre desde los diarios y la televisión … Nunca es nuestra guerra lo que vemos. Es Solo el terror ajeno inyectando a la humanidad las sombras que se proyectan en la fría pantalla. Nosotros,  seguimos encadenados como mansos corderos, a  las huellas visuales, en tiempo real                ¿Que nos queda de todo esto?                          ...

Tempestad

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Sentada en la galería tomando un cafecito, siento tu risa argentina deslizándose despacito. La palmera se cimbra sinuosa anunciando  una tempestad no es adivinanza, es certeza, creo que al fin lloverá. Bravas y empecinadas  las olas se levantan en el puerto inseguro y desvastado los barcos levan sus anclas Mi corazón rojo no le teme a las tempestades aunque el barro me arrastre soy lluvia pertinaz.     Esta lluvia gris, que golpea tu ventana este  vaivén  del  destino  inmola los desengaños de tu alma. Al garete faluchos, yates y lanchas desaparecen entre las olas, naufragan las esperanzas. Viento dominante, ruges sin cesar! No hay lugar donde guarecerse se marcha la lluvia, se marcha el viento, rezagado mi amor en la retaguardia ha quedado al descubierto. Cyn McCurry.  Pintora norteamericana   nacida en Ft. Worth Texas.

Lago Puyehue

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Cardúmenes de nubes oscuras en juegos de lluvia y viento, horizonte esplendido . El agua entre las violetas, las achiras y las hortensias, lenta se va acumulando. En la copa de los pinos las hojas guardan un verde de buenos años. Entre la lluvia y el sol las aves llenan con su canto el  agua dulce del lago. Se cimbra el embarcadero abrazadas a la orilla rumorean las olas. Un tiuque persistente con ojos carniceros vuela en picada. A escondidas aletean las bandadas de tricahues desplegando sus risas fáciles. El sol de la tarde nadando contra mis ojos esparce en el horizonte sus húmedos labios rojos