Carmen Troncoso Baeza

He suspendido la risa porque la ironia me cuelga como un farol entierro mi soledad en el movimiento intento no detenerme a mirar asi la vida pasa mas lenta. Quien le ordena a mi vida avanzar? Quien dispone de cada obsesión mía por ser? A quien le respondo cuando en el horizonte solo veo rostros sin historia? Solo esbirros que se llenan la panza con hambre de todo y de nada saciados de la curiosidad virgen, cinicos espectrales masivos, que agreden a la espuria de la tierra: a los desclasificados a los no publicitados a los que coleccionan emociones de alto calibre a los que están guardados en el closet. El presente es indomable, solo cabe en el celular.

Hay olor a saxo en el ambiente y el jazz gotea nota a nota, tu risa es un patio recién pavimentado es dia de fiestas audaces y desordenadas hay hilos de intelecto colgando son faroles chinos rojos. Sobre la baranda aparecen sensuales tonos que lamen lentamente mi espalda, yo he cantado en estos callejones, paseando mi dolor invisible punteando con mis senos calientes los acordes imaginarios. Siempre la noche huele mi rivalidad por eso la muerdo, por eso la engaño, hasta que pasa la tempestad y fluye viscoso mi camino al mar

No hay tregua en las olas se dirigen sedientas a su objetivo, la playa, no hay tregua en las palabras cruzadas disparas sin pensarlas hacia un blanco perfecto y hablas y hablas de retornar yo navego en un océano de sensaciones inciertas hay lanchas que no llegaran a puerto aunque el mar este en calma. Es falso que haz encallado, vi tu nave gloriosa y henchida de proa a popa conteniendo mi tempestad

Es contradictorio, se me han quemado los ojos y veo desaparecio la polvora de tus besos por miedo a contarlo todo, telas y colores por todas partes, pero no puedo vestir los dias despues de tu partida, me he partido geograficamente en dos, una parte es la sombra habitada de tu mundo que responde automatica, que baraja las cartas del destino, la que ha invertido en resignacion y olvido, La otra me hace temblar con su colera salvaje la que crea el caos al despertar, la que me mira al espejo y me maldice, si arrojas la red sobre mi alma es contradictorio, el llanto apaga el fuego pero quema mis ojos y aun asi te veo.