Carmen Troncoso Baeza

Invertebrada la angustia serpentea y decide cadenciosa si mañana volvera para morirse. Transparente y mudos. oigo tus pasos dentro de mi colgando veo tu soledad hormigueando las apariencias solo un grito de libertad, pasión marcada buscan mis manos en las cenizas mañosamente remuevo la lumbre sembrando el presente

Luna intrigante me persigues hasta el infinito, sobre el cielo linfático observas mi caminar y procedo voluble como pluma al viento. Soy pasajera de tu tiempo carnal el deseo se ha quedado en el pasado sin deletrear su urgencia. ¿Qué será de mi? Aniquilada en presente polvo estelar acelerado aspirada por tu historia de puntos luminosos que huyen sin despedirse

Entró y salgo de tu boca albas mis manos inviernan sobre tu calíz. Te robo el verano furtiva y audaz, apelas a mi lógica, respondo a tu ferocidad. Me acusas de plagio me rio liviana y gentíl. Despliego mis encantos igual me burlo de ti. Solo por probar te pido la Luna, aúllas por curiosidad, me besas el alma y presiento el fin de mi libertad. Se duerme mi amapola enviciada y febril, releo mis derechos por devoción a ti

Mis ojos prenden la luz verde y reconozco esa sonrisa serpenteante, en metamorfosis despliego una a una las estrellas, el cielo se acerca para que lo toque azulando el camino de la hiedra he deshojado hojas para leer el futuro. En los agujeros del otoño se seca los labios el tiempo sin murmurar. La levedad de las mariposas me despierta

Ha bajado en la noche oscuro y agorero un ruido espantoso que quema como un disparo y se esparce como un reguero tiembla la tierra estalla la energia rompiendo brusco el silencio. Lloran los momentos por el nuevo orden a la fuerza impuesto, solo sueño esta pesadilla, porque estoy en pie no se ha caido mi casa pero si mi fe recojo los escombros y me preparo para la eternidad