Carmen Troncoso Baeza

Si yo fuese un laberinto no dejaría que nadie perdiera su alma solo jugaría a perder el cuerpo de los que aquí entran, daria pistas en los espejos. Un poco mas aca, un poco mas arriba... hacia adelante, no, no, no, sin melancolia, encuentre en el espejo el dia de ayer a la misma hora, mire hacia atrás, sin remordimientos, voltee la cabeza y haga una mueca feroz, justo en este punto retuerzace las manos, y de dos pasos de fox trot, muestre su cara palida, recobre la voz, levante el pecho, deje ya de dar vueltas y enfréntese descalzo al camino por donde vino. Si yo fuese un laberinto moriria por contar cual es el Camino.

Anclada mi mirada en este presente se fríen las dudas y saltan, este río de mi historia aun no encuentra su mar. Caudalosas y espumeantes, mis ansias navegan en el vacío, mis ojos solo atrapan las estrellas en la noche, soñando en tus sueños. Se despierta la aurora ahuyentando las sombras pegadas en mi espalda, sin cadenas mis parpados se alzan, ambiciosos arcoiris danzan bordando las orillas de tus cerros mil juegos amorosos para despertar los sentidos. Cuando suba la marea me encontrare disuelta en tu mar.

Corriendo contra el tiempo abandone la carrera, no por cansada sino porque no alcance a recorrer los caminos cruzados. Si, he acumulado nostalgias y recuerdos se que el tiempo me va a cerrar los ojos, se que el viento volara las hojas del calendario no para ir mas de prisa sino para ir a la deriva, no hay naufragios en los dias no vividos. Amarrare el tiempo en un saco y lo tirare con los pies hacia adelante. Juntare los minutos desparramados, barrere los segundos bajo la alfombra y mi sangre ira rio arriba con el tiempo a su favor

El girar del viento me lleva ingenuo y mentiroso a su guarida terrena. El camino esta abierto y grita como un pájaro herido que yace en tierra. Extasis tan anhelado revelado a fuerza de buscar la marea alta, oliendo la realidad pacto una tregua con alas transparentes, con alas inexistentes, descanso en paz

Doy vueltas concentricas preguntándome con los labios sellados por el primer beso ese robado desde el balcon de mi boca, suspendido en el aire pajarillo revolotea vertiginosa la respuesta cual perfume nacarado, hundiendo mi vida en tu boca, rendida a la pasion, me extravío y el laberinto solo vuelve a buscarme cuando despierto de mi locura excesiva