Carmen Troncoso Baeza

Hay un pájaro verde No, no lo he dejado yo allí, pero lo recuerdo puesto en la esquina. Si mal no recuerdo en esa esquina antes no había nada. Entonces bien puesto está. Esperando que pase la golondrina. Ya han pasado otros pájaros antes, creo que un cóndor, un tiuque y un tricahue parlador. Yo no soy golondrina màs yo quisiera su bello traje, y su entero arrojo al pararse en mi camino. Soy un muñeco vestido de titiritero que cuando voy a misa me vendo por una hostia y me pongo chueco. Los pajaros verdes ya no cantan su folclore en las esquinas llorones no anidan en mis manos

Viajando voy en brazos del viento sin la voluntad de las nubes que se apilan inconclusas en las esquinas del cielo. He de empapar mi cuerpo desierto en  el roció salvaje, trinar a  mediodía y volver muy entrada la noche. Renacemos a diario comos semillas errantes, como flores nuevas, consumiéndonos  sobre la superficie. Nada concluye solo la agitación de mi mente, cerniendo tormentas de un pasado que no acabo de dejar. *  Pintor José Moreno