Por una vida nueva
        Un domingo cualquiera   mis ojos se cosieron   ausentes de amor.   Ese día vi salir de mi cuerpo   el deseo de compartir tu vida.     Mi lengua maldiciendo,   esa dura rigidez   que la impregna y la traba.     Almuerzos ceremoniales   insípidos y gélidos sabores.   Como la costumbre,   ese lodo petrificado,   que hacía el fondo me arrastra.     Mi corazón atisba impaciente   cualquier resquicio,   mientras  transcurre la vida   fuera de mi radio de acción.     Yo soy una entre las miles   que dando vuelta la espalda a su historia   ha cerrado su libro de cuentos.     * ILYA ZOMB