El Lenguaje Bajo el Agua

Ese día llegué más temprano de lo previsto a la casa del profesor. Le pedí ayuda con un poema. A lo que accedió. Abrió la puerta y tras saludarnos nos dirigimos a su escritorio donde el computador nos esperaba encendido. Las paredes estaban atentas a mis pasos instintivamente el techo se agacho un poco. La silla tosió ligera y crujió. Empecé a explicarle de que se trataba el poema. Desde la hoja desconfiando, el poema cerraba una y otra vez los ojos; temiendo lo peor. Un halo de pesimismo invadió el lugar, se acentuaron las sombras a mi alrededor. Algo se me rompió dentro y en un sólo acto cómo un Vesubio que libera su energía un diluvio de lágrimas cayó sobre el poema, diluyendo las letras: flotaban las sillas, las mesas, el computador, sobre las olas que crecían a cada pestañeada. Bombeaba mi corazón arrítmico en un túnel sin ventilación. Se rompieron las cadenas, el agua es...