Mis
manos esquivan el agua
no quiero caer en el hielo,
-Una sopaipilla no me basta
para calentarme.
A mi lado se sienta la sumisa escarcha
con los brazos cruzados.
-Allá
tu si no sabes afrontar
estas
heladas bajo cero.
Tápate
con diarios o cartones,
con remiendos de frazadas,
tapa tu carne exiliada.
Caliento
en la esquina un tarro
a espaldas de otros,
me tomo un sobrecito de café
-No
se vayan a entusiasmar
y
tenga que convidarles.
La
vida es corta así que lo apuro.
Sobre el asfalto tiemblo
-He resistido cosas peores,
comparto
el azúcar, a veces algunas palabras.
No el fuego, ni los sueños de piedra de mi almohada.
Han disuelto mi juventud
mi sombra urbana no tiene nombre,
agrietada la cara, las manos
han puesto rejas a mis labios,
ya nada detiene
esta servidumbre
envejecida
El
frío partido en dos
piensa y duele como nadie.
12 comentarios:
Precioso bonito poema, aunque por aquí de frío nada; nos asamos de calor.
Besos y gracias por tu visita.
Me calentaré las manos con tus lindas palabras, Rafa porque aquí estamos tiritando, Santiago es como un refrigerador con la puerta abierta, pero ya pasara, un abrazito amigo!
Hola Carmen , buenas noches
Vengo primero a agradecer tu huella en mi blog , tus palabras y tu compañía
Tu poema cala y hondo , el frío enquista en la osamenta aún en el más tórrido estío
Un buen café siempre tonifica y apurando el trago mejor que mejor, a mi se me enfría demasiadas veces ... cuando la morriña me rodea
Un abrazo cálido y cercano
María
este frío cala y abofetea a esta ciudad arribista
cuantos sin casa por las veredas
cuantos mueren de hipotermia
abrazos Carmen
El frío duele, es cierto.
Un abrazo.
USTED ES MUY SENSIBLE...!
ABRAZOS
A mí me has helado el corazón.
Aquí hace calor ahora.
Pero vendrá el invierno y los pobres seguirán durmiendo en las aceras tapados con cartones...
Besos.
Tu frío es mi frío escandinavo durante el largo y oscuro invierno, tu café es el escapismo al dolor no tanto del frío, que, desde luego duele, sino a esa situación dual de Ser y no Ser. Temblar sobre el asfalto con los sueños puestos en la exclusividad de una almohada y la realidad que, como cuchillos afilados y álgidos, penetran la carne hasta aproximarnos a la hipotermia...y ellos continúan allí gozando de su mundo y dejando caer unas migajas para tener, quizá, sus conciencias tranquilas.
Ah, una sopaipilla no basta para calentarse, yo le he comido en Suecia en algunas tardes de viento huracanado con la nieve enrojeciendo rostros.
Apreciada Escritora, le dejo mi saludo y admiración.
intensa
intenso tu poema
me gusta !!!!
mientras tomo mi sol
un abrazo
Gracias amigos por sus maravillosos comentarios, el invierno es necesario para que haya una primavera y esa es la que espero siempre como el mayor anhelo, un abrazo cariñoso para todos!!
Un alegato profundo!
El frío es más frío para los -sinnadie-
No basta un plato de sopa caliente...
Tantas cosas hacen falta,para que la consciencia
cambie.
Un abrazo querida Carmen.
El frío intangible que tantas veces nos parte en dos...Excelentes imágenes, sin abusar de las metáforas, me has llevado —con frío— hasta tu cálido corazón. (Quiero seguir tu blog y no sé donde apretar...jaja) Cariños.
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