Carmen Troncoso Baeza

Cuidaba a diario una parte del jardín podría hablar de pequeña naturaleza Solía ponerme chancletas para no ensuciarme con barro. Desmalezar ortigas y pichogas matar caracoles comeflores regar sobre los despojos Mirar por encima del hombro si mis hermanos habían limpiado palmo a palmo sus verdes cuarteles con retazos de flores limpiado los frutosos arboles de hormigas que pisan la piel de la tierra Que quería en ese entonces sino pasar tumbada al sol, soñando despierta pintada en anilina con brillos de celosía en mis ojos Besada por el viento y que la `palmera acariciara: Mi hierba verde Mis trenzas de oro Mi canto de jilguero Mi alfombra voladora Sueños, solo sueños esclava del litoral que aun no despierta del todo a este silencio sin recalada a puerto, sin jardín, sin estrellas, sin pequeña naturaleza _____________________ * Daria Petrilli 

Cuando son primores hasta el mas leve roce de mariposas los enciende tornasol Si soy tan poderosa porque cada dia mis pechos son rehenes almacenados Al dar mis pechos soporte fetiche madre mujer bruja publica Ansían  ser libres para procurarse sensualidad en el juego  del goce lujurioso Mis pechos aprendieron a ser calientes suaves y turgentes Batallando entre  la obligacion y el placer  Mis pechos crecieron por su cuenta aprendieron callados al dolor de darse fuente blanca y lechosa Su comienzo fue al vacío grifo inagotable Dolor que se aprende con el otro Yo y late en tu sexo como  interminable entrega del amor carnal nos quedamos  con algo indescifrable que dura hasta la muerte

Aun brizna no muerta A la fuerza así me quiere el suelo he besado sus duros labios he tallado una cruz para no olvidar en lo que creo Toneladas  de minutos parpadean  con billetes  de ida y vuelta el poema  solo paga pasaje de ida Cuando pienso en ti caliento mis manos sobre tu nombre Cuando  te olvide apagare mi alma y crecerán nuevas flores allí donde ahora no hay nada * Catrin Welz Stein

Ayer me desnude ante ojos extraños No eran tus ojos de llamas ninguno vibraba así Todos vieron la cubierta tosca de mi presente Ningún desafío al vértigo de mi piel En un moderno infierno mi carne caliente por el vapor disimulo mi alma cargada por tu ausencia en un follaje donde el deseo me fue dolorosamente ajeno En algunas curvas mías descansa lo que no has probado la fosforescencia de mi lluvia de oro Nadie meció mi mirada como tu; palpitante temblor de un instante Rasgueando tu voz sobre mi oído siempre afiebrado de tus poemas Quisiera tragarme cada una de tus letras ajustar cuentas en cada Beso húmedo y caliente Doy fe que te he regalado una flor fresca que no está de guardia que solo existirá mientras exista amor en el mundo _________________________ * Daiana Pesce  -  Argentina