Carmen Troncoso Baeza

  Rompo el cascarón       saliendo del cofre voy rajando palabras   Soy suspiro y jadeo Yo la que no reza,       la que no jura,  la inquieta imaginaria   La que dejo la virtud         por la verdad      Para aprender       vuelvo hacia     mi misma   Con mi cascabel de sonora soledad       atiendo vida  vigilia y sueño a tempo lento      Mejor postor para que entiendas y atiendas      mi tienda de poesía                      al gramo             Has de vivirlo todo!! 

  En mi espíritu la llovizna leve se ha tomado    el territorio Grito y vuelves,     desapareces y vuelves, con chocolates        flores y ardides    Sobre el aire digo -aparece               y apareces en forma de poema     Desasosiego y cuento        la tinta fresca de tus paginas   y antes de que  desaparezcas el poema      es borrado con espuma de las olas      del mar              de los sentidos Quiero mirar     profundo a los ojos a los que cavan trincheras   y derraman ideologías      a pantalla vuelta.            Lanzar al aire mis besos      calientes de fuego     y lanzar estrellas de plata    en las noches ceñidas                    ...

 La tentación     de los durmientes                       es grande   Verlos tendidos, interminables,       generan fantasías,  en mi alma caminera,  mi vagabunda piel, goza viendo el movi/viento    Por mis pupilas desfilan paisajes de fuego y agua,           del zumbante por/venir del tiempo     tragando un presente vítreo, me exilio    Con la cara pegada a la ventanilla del tren  desfila la historia empañada de la vida      más temprano que tarde, tendré que bajarme   en una estación remota y volver            Imperfecto volcán milagroso, golpeas como una ola                              ...

      Encierro y libertad    tomadas de la mano: Las lágrimas humedecen los rostros al vender una tumba en verano       el polvo ambiental las seca No da lo mismo         venderlas en invierno las lágrimas enjoyando rostros             endurecen el paisaje   La mañana soleada     entró por las rendijas         que dejó la balacera                  del día anterior   Como un colador        una alta puerta     me cierra el paso. Balas aun calientes                       hojas de metal     que se desprenden  de este árbol de latón       Merodeando las empaliza...

         A esa sensaciòn de naufragio      a esa soledad carroñera que busca tatuarse    Sin mayor esfuerzo la encuentro  en ojos ajenos       intruseando se instala crispando mis deseos            Solo empuñar la pluma   me da un respiro No desaparece   mas bien se guarda de no mostrar su    apetito voraz    es capaz de hacer desaparecer cualquier atisbo   de sana y amorosa humanidad      Si, hablo de mi sombra,  esa que se posa en mi cabeza esa que socarrona y odiosa                me sopla al oido       ...y si...?   ....y si...?        lista interminable que incluye: dudas, miedos, incertidumbre ante el presente      y todo tipo de veneno que mi mente puede generar.   Quiero liberarme de ese peso caminar libre, sin cu...

  Elijo abismo  Al sondear la templanza   de la naturaleza     al  ir corriendo límites   en mis viajes Acompáñame amor         trae contigo  tu asombro el sol nos marca con su frontera falsa     los rayos de luna tintinean después de la llovizna descalza piso tenue para no borrar las huellas de quien se aventuro  antes que yo hemos ido experimentando                      con cada poema                                           una metamorfosis revolucionaria en verde silencio los arboles nos abrazan que reposen en ti  mis versos voluptuosos antes de alzarse al mediodia de la vida * Mirta Leonor Ferrari  - Argentina

    La violencia se desmenuza     imparable     en un    grito constante          el espacio intervenido del oído                                 no es concluyente   el desapego   de la ilusión           es lanzarse al vacío con lo puesto   El azar     rompiendo aguas interviene    el cuerpo no acusa recibo             el Yo en este parto se sumerge                   locas     tormentas del cosmos           barren mi corazón   No hay mujeres comunes ...